La marihuana siempre estuvo oculta. Abajo del colchón, adentro de una cajita entre la ropa de un cajón o escondida dentro de un huequito de la billetera o cartera. Pero siempre estuvo y es algo innegable.
El hecho de fumarse un porro como tal, dejó de ser un tabú especialmente para las generaciones actuales, que normalizaron su uso en el marco de la ilegalidad. Al día de hoy en los medios de comunicación o dentro de los debates políticos se comenzó, de manera forzada, a tratar a la marihuana como un tema más serio, obligados por la presión social de quienes la consumen.
En este contexto la pelota le cayó al mundo político, que siempre hizo la vista gorda ante esta actividad que cada vez se volvió más común, ya sea “en Palermo un sábado a la noche con amigos relajado, con tu pareja o sólo” y también en la Villa 1-11-14 entre narcos.
Las redes sociales estallaron por la declaración, con tintes clasistas, de María Eugenia Vidal en una entrevista para Filo News, en la cual plantea la imposibilidad de legalizar la marihuana en nuestro país por estos dos extremos recién nombrados.
Para la actual precandidata diputada nacional por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la marihuana tiene otros efectos según la clase social que la consume.
Echarle la culpa al cannabis fue una forma de exponer las falencias de un sistema de Gobierno que hasta ahora no pudo resolver otros problemas que llevan a creer que fumarse un porro en una villa pueda hacer que tu futuro sea distinto al de una persona con privilegios que vive en Palermo y puede armarse su porro tranquilo en su departamento.
Mientras desde la casta política se prefiere omitir el debate de la marihuana para ocultar bajo la alfombra las problemáticas que quedarían expuestas tras su legalización, desde otros sectores se opta por charlar el tema y exponer los diferentes puntos positivos o negativos de su presencia en la sociedad.
Porque fumarse un porro para muchos es como tomarse una cerveza para otros (ah y esta también es dañina para la salud), por lo que nos debemos un debate enserio, dejando los tabúes de lado y tratando al tema como se debe, en vez de ocultar una situación que en Palermo o en la Villa 1-11-14 existe y está pasando.
