Hace tres décadas, el demonio de Tasmania desapareció casi por completo de Australia debido a un tipo de tumor facial que se podía transmitir mediante mordeduras (además del uso de su piel para vestiduras).
En este sentido, la reinserción de la especie en la isla María, un área natural protegida, fue el escenario elegido para un proyecto que por lo que parece, no tuvo en cuenta la naturaleza cazadora de estos animales.