
Con la flexibilización de las medidas sanitarias dispuestas por el Gobierno Nacional y la paulatina normalización de las actividades cotidianas, las universidades de nuestra ciudad vuelven a poblarse con jóvenes de todo el país y el exterior.
La llegada de los mismos es un alivio para la ciudad en términos económicos, teniendo en cuenta la gran cantidad de pequeños comercios que viven de la venta y la prestación cotidiana de servicios a este público estudiantil.
Sin embargo, la vuelta a la presencialidad no resulta fácil para más de uno, sobre todo si pensamos en quienes vienen de distintas localidades a transitar por las casas de altos estudios de nuestra ciudad. En este sentido, los alquileres vuelven a estar en el ojo de la tormenta, considerando los diversos obstáculos que deben sortear los interesados en rentar un inmueble en esta capital.