EDITORIAL | Unos si y otros no: siguen las reaperturas y los dueños de los salones de fiestas no tienen respuestas

En medio de una compleja situación a nivel sanitario y económico por la crisis que generó la pandemia del Coronavirus, las autoridades nacionales, provinciales y locales, han ido mechando en los últimos meses entre prohibiciones y habilitaciones a distintos sectores que se han visto muy golpeados por esta histórica situación. Sin ir mas lejos, la semana pasada se confirmó la reapertura de los cines, la cual se junta con la vuelta de los teatros. Estas medidas han generado el entendible enojo en la gente que pertenece al sector de los salones de fiestas y surge la inevitable pregunta de ¿Que criterios se utilizan a la hora de decidir que actividades se habilitan y cuales no?
En la misma semana en que se aplicó la restricción a la circulación nocturna ante el gran aumento de casos de Coronavirus, se habilita la vuelta de los cines, generando así una mezcla de sensaciones en torno al mensaje que quieren dar las autoridades a la población… ¿Si estamos tan mal porque se siguen habilitando actividades en lugares cerrados? Y si se habilitan actividades en lugares cerrados con sus respectivos protocolos… ¿Porqué unos si y otros no?.
La gente del sector de eventos, los dueños de los salones, los musicalizadores, iluminadores, servicios de catering, animaciones y distintos tipos de alquileres de servicios para eventos no salen del asombro y de la bronca cada vez que una nueva actividad que se realiza en lugares cerrados queda permitida.
Foto: Dueños de salones cortan la subida de la autopista Buenos Aires – La Plata.
En diálogo con El Editor Platense, Yamila, una propietaria de un salón de fiestas de La Plata, aseguró que desde el sector no entienden el por qué de esta decisión de no dejarlos trabajar. “La conclusión que sacamos es que como no somos un gremio no nos escuchan. Cada vez vemos más fiestas clandestinas, más gente amontonada, no vemos la diferencia entre juntarse a comer o juntarse a festejar” expresó la mujer enojada.
Lo cierto es que los propietarios de casas de eventos se vienen manifestando incansablemente hace meses exigiendo la reapertura de sus fuentes de trabajo y pese a esto nunca reciben respuestas. Este viernes 15 de enero, se cumplieron exactamente diez meses del cierre de los salones en la ciudad y la paciencia de aquellos que no reciben ingresos para alimentar a sus familias se agota cada vez más rápido y cada cierre de un salón es una derrota para los trabajadores que cuentan con esa única fuente de ingresos.
“Algunos cierran, otros tienen que convertir el salón en otra cosa… No somos gente de plata, somos gente que manejamos los salones con nuestras familias, son emprendimientos familiares” continuó contando Yamila.
Para colmo pasó el mes de diciembre y el impacto económico se sintió más que nunca ya que, en caso de haberse permitido la reapertura, las despedidas de fin de año podrían haber llevado un gran alivio y respiro económico para estas familias que atraviesan las peores de sus crisis económicas. Contrariamente a este escenario, los lugares siguieron cerrados y aumentaron las fiestas clandestinas sin protocolos ni seguridad, provocando así un nuevo pico de contagios que obligó a las autoridades aplicar una nueva restricción, el famoso toque de queda nocturno.
A esta altura ya estamos en enero y el sector sigue golpeado, los lugares siguen cerrando o convirtiéndose en tiendas de ropa o verdulerías… Mientras tanto se reabren actividades con protocolos en lugares salones y los dueños de los salones lo siguen mirando desde afuera.
Por Franco Lattanzio